Monday, May 08, 2006

QUE LINDO QUE ES SUFRIR CUERVO


Hay un romance entre San Lorenzo y el 1-0. Una relación que responde a una manera de jugar. Porque al equipo de Ruggeri no le sobran goles para tirar por la ventana, pero sabe que su arco tiene un candado en las manos de Sebastián “le chupo las medias a Tinelli pro dos monedas” Saja, demostrado en que San Lorenzo es el equipo con la valla menos vencida. Entonces, conoce esta historia de mojar primero para manejar el partido y aguantar los trapos hasta el triunfo. Por eso, cuando al minuto El Pocho Lavezzi tocó a la red con un verdadero golazo, dos dedos y medio, parte externa pie derecho, tras un pase de Montillo (aca en el potre tenemos rumores de que tiene elefante entre las piernas), el Ciclón supo acomodar las cosas y hacer valer la consigna del Cabezón: 1-0 es partido. Y a la lona, porque no en vano es el quinto resultado idéntico que consigue, y que le permite tener una esperanza de ingresar a las Copas a una fecha del final.
Pero acá viene el tema que se plantea en el equipo de Boedo, sufrir en la Copa, vaya y pase. Pero sufrir antes de ingresar a la misma, justamente por querer ingresar, que pasame la calculadora, que prestame el fixture, ya es demasiado. De cara al futuro nos tranquiliza haber restablecido el orden defensivo, más allá de aferrarnos con tanto fervor a cada 1-0. Tenemos a Lavezzi, Saja, Bottinelli, Montero…¿Tenemos a Montero?... Necesitamos un goleador, el enganche nos inquieta, porque Barrientos tiene sus días, por que Montillo juega cuando tiene ganas y el Osmar “mi cabeza sigue congelada y en Rusia” el Malevo Ferreira no hace más barullo que de pelota parada. De hecho, con una mejor campaña como locales habríamos roto la mediocridad que nos persigue. Ojalá que pronto volvamos a entusiasmarnos, sin decepcionarnos al poco tiempo.
Las últimas líneas servirán para felicitar a los campeones, que llevan en la piel los colores que nosotros llevamos en el corazón: Barcelona (rey de la liga española) y París Saint Germain (ganador de la copa francesa). En la Argentina, al campeón también lo sentimos próximo a nuestros sentimientos: no lleva nuestros colores, claro, pero sí nuestro ADN.

by: fede dorfler (aunque se parezca, no es el de la foto)

No comments: